Desde 1919, los impuestos son recaudados por el gobierno rumano. Mientras que hasta entonces el Schulzenamt fijaba y recaudaba los impuestos, a partir de entonces los funcionarios del Estado se encargaron del asunto. Existía una autoridad fiscal independiente. La liquidación del impuesto era responsabilidad del controlador (controlor fiskal), que era un funcionario de la oficina tributaria estatal. La recaudación del impuesto era tarea del “perceptor”.
Los habitantes de Krasna desconfiaban un poco de estos funcionarios, porque tenían la impresión de que las liquidaciones de impuestos se hacían de forma bastante arbitraria. También en este caso se recurría al soborno para conseguir cosas que no se ajustaban a la ley.

La fiscalidad rumana era muy complicada y abarcaba todos los ámbitos de la vida. Según la ley fiscal del 01.04.1921, los impuestos gravaban los distintos tipos de ingresos (por ejemplo, tierras, edificios, granjas, salarios, capital). La legislación fiscal posterior - hubo varias - no aportó cambios significativos a este sistema.
Se puede tener una idea aproximada de la cuantía si se considera que un municipio de 2500 habitantes y 6395 ha. de tierra (es decir, algo más pequeño que Krasna) tenía que pagar anualmente 1.585.665 lei¹⁾.

Además, cada familia, terrateniente, empresario o comerciante debía pagar impuestos municipales. Además, la comunidad recibía el 10% de los impuestos estatales recaudados en el pueblo.

No se ha podido averiguar si bajo el dominio rumano los municipios estaban obligados por ley a pagar prestaciones en especie. En cualquier caso, en Krasna también se ordenaba y realizaba servidumbre durante este tiempo. Esto se aplicaba al menos a la construcción de carreteras y presas. Por último, el propio pueblo realizó considerables contribuciones para la construcción del salón parroquial.