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Después de que la situación escolar empezara a mejorar gradualmente, los colonos se enfrentaron a otro grave problema. Las clases de alemán se hicieron cada vez más difíciles. Las fuentes de este periodo informan poco sobre el nivel escolar, pero mucho más sobre la disputa lingüística. En apariencia, la reforma de 1871 (véase 2.3 Los cambios a partir de la segunda mitad del siglo XIX (c. 1860-1960) tuvieron un impacto significativo en el sistema escolar. Los cambios a partir de la segunda mitad del siglo XIX (hacia 1860-1918)) tuvieron al principio pocas repercusiones en la escuela, aparte del hecho de que ésta se encontraba ahora formalmente bajo la supervisión del Estado ruso. El requisito de aprender ruso existía, pero durante muchos años las escuelas individuales tuvieron una gran libertad en cuanto a cuándo y cómo. A los alumnos se les seguía enseñando principalmente en alemán, y se utilizaban libros de texto alemanes 1).
Anteriormente, los párrocos habían supervisado las escuelas. Esto no cambió fundamentalmente cuando en 1881 las escuelas pasaron a estar bajo la supervisión del Ministerio de Ilustración Nacional (antes era el Ministerio de Dominios Estatales). Es cierto que los inspectores escolares estatales asumieron la supervisión de las escuelas alemanas. Sin embargo, ésta tenía un carácter más formal, ya que la administración de la escuela seguía recayendo en el municipio, que seguía garantizándole cierta influencia. Las escuelas seguían siendo propiedad de la comunidad alemana y debían seguir manteniéndose exclusivamente a sus expensas, sin ninguna ayuda del semstvo o del gobierno.
No obstante, la lucha escolar entre alemanes y rusos comenzó en 1881. Desde 1887 toda la enseñanza debía impartirse en ruso. Sin embargo, en muchos lugares los profesores hicieron caso omiso de esta norma hasta la década de 1990.
A partir de 1890, el control del Estado sobre las escuelas de colonos se intensificó. Las dificultades comenzaron cuando el ruso se convirtió en la lengua de enseñanza y debía practicarse a partir del primer curso escolar (1892). No se podía contratar a ningún profesor, ni siquiera de alemán, que no hubiera aprobado el examen de profesor de ruso. En la práctica, sin embargo, esta normativa no entró plenamente en vigor.
Oficialmente, sólo quedaba un vestigio de la antigua supervisión escolar integral del sacerdote: éste seguía siendo responsable del alemán y la religión; los inspectores escolares no se interesaban por estas materias. No obstante, los cambios para las escuelas y para la lengua alemana pudieron mantenerse dentro de unos límites. La educación alemana experimentó una importante transformación a mejor durante este periodo en particular, ya que se mejoraron los métodos de enseñanza y se consiguieron buenos libros de texto. Sin embargo, la asistencia escolar siguió siendo un punto débil hasta el final de la era rusa. La asistencia irregular a la escuela seguía estando a la orden del día a principios del siglo XX. El siglo XX estaba a la orden del día. El periódico de Odessa nº 30/1906 afirma: “Entre los menonitas se da por sentado que los niños asisten regularmente a la escuela. ¿Cuál es la situación a este respecto en Bessarabia y Kherson?”.
En 1906, en el curso de la liberalización bajo el Primer Ministro Stolypin, hubo una cierta relajación. Las escuelas alemanas recibieron permiso para utilizar el alemán como lengua de enseñanza en los dos primeros cursos escolares. Sólo en los cursos siguientes se podía utilizar el ruso.
Dado que la mayoría de los directores eran alemanes y los inspectores rara vez acudían a las aldeas remotas, las escuelas conservaron el carácter alemán hasta la Primera Guerra Mundial, sobre todo porque el alemán siempre se mantuvo como asignatura junto al ruso.
En los últimos años antes de la Primera Guerra Mundial, el Estado ofreció convertir las escuelas elementales en escuelas rurales (Semstvo). A cambio, los municipios recibirían subvenciones para la construcción de escuelas y los profesores percibirían salarios más altos. Krasna aprovechó esta oportunidad. Su escuela masculina, terminada en 1914, fue construida por la Oficina de Paisaje (Semstwo) y costó 20.000 rublos, de los cuales el municipio de Krasna pagó 8.000 rublos y se encargó de toda la conducción.
⇒ Para más información sobre el edificio de la escuela, véase el apartado 3.1 El pueblo de Krasna, su ubicación y aspecto
Durante la Primera Guerra Mundial las cosas se pusieron muy feas. Debido al decreto del 14 de junio de 1915, la escuela de Krasna también fue cerrada en el curso de las drásticas restricciones impuestas a los colonos alemanes (véase el apartado 2.3 Los cambios a partir de la segunda mitad del siglo XIX (aprox. 1860-1918)).
Finalmente, tras la caída del zar en 1917, se reabrió al igual que las demás escuelas alemanas al comienzo del nuevo curso escolar en septiembre de 1917. Las clases se impartirían de nuevo en alemán. La reapertura de las escuelas sólo fue posible porque el Semstvo se hizo cargo de un tercio de los salarios de los profesores.
De facto, las escuelas elementales alemanas seguían siendo escuelas parroquiales en 1917, aunque de iure el Estado se hacía cargo de las escuelas y pagaba una parte considerable de los salarios de los profesores a partir de ese año.